Volkswagen Scirocco, la prueba (I)

El Volkswagen Scirocco se presentó en el Salón de Ginebra, 34 años después de que el primer Scirocco fuese presentado en ese mismo escenario. El objetivo de Volkswagen era crear un coupé asequible, del tamaño de un compacto y en el mismo rango de precios, para lo que había enseñado el prototipo Iroc, y el resultado encajó a la perfección con los gustos del cliente. La verdad es que es raro encontrar un coche fuera de los vehículos de alta gama que despierte tanto interés por sus formas y se enorgullezca de esta forma de la carga histórica que lleva a sus espaldas. Además está muy poco visto y realmente se tiene la sensación de estar a los mandos de algo especial cuando se conduce, y eso que no deja de ser un Golf camuflado.

Mide 4,26 metros de largo (apenas 5 centímetros más que el Golf), pero es bastante más bajo (1,4 metros) y ancho (1,81 metros) que su donante. Su distancia entre ejes es de 2,58 metros y su el centro de gravedad ha descendido severamente gracias a lo que su estabilidad es sencillamente prodigiosa y su comportamiento difiere bastante.  

Tiene elementos que lo distinguen totalmente de la gama de Volkswagen, como el emblema en el capó y la parrilla inferior estrechita. Esa altura diez centímetros inferior a la del Golf hace que su línea lateral rezume deportividad. El acceso a la parte trasera costará un poco más, si, pero una vez dentro sus dos ocupantes traseros no sufrirán excesivamente gracias a la penalización que ha sufrido su maletero. En cualquier caso y por estos motivos, no es un coche que deba elegirse para un uso habitual de cuatro personas.

Tiene sólo cuatro plazas para adultos y un cofre de 292 litros, uno de sus puntos débiles respecto a los compactos. El maletero de un Seat Leon tiene 341 litros, y el del Golf, 350. Abatiendo sus asientos, el Scirocco consigue una capacidad de carga de 755 litros pero en este caso esto es irrelevante. Otra particularidad es que en el portón no existe una forma de abrir el maletero. Es necesario presionar un botón situado en la puerta del conductor o hacerlo desde el mando de la llave.

Su diseño se puede comparar con el del rompedor Volvo C30, con el que también comparte un glorioso pasado, o con el exclusivo Alfa Brera si somos un poco más generosos, y la verdad es que como he leído en algún lado puede ser una muy buena opción intermedia que no defraudará a nadie.

Continuará…