
Si tuviera tanto dinero como todos soñamos y viviera en una gran ciudad del mundo modernizado, sin duda alguna me compraría un helicóptero, y al ver esta crónica sobre Sao Paulo, la ciudad más grande de Latinoamérica –casi 11 millones de habitantes distribuidos en una superficie de 1.523.000 kilómetros cuadrados- me he puesto a soñar con ello. Esta urbe cuenta con la mayor flota de helicópteros de uso civil en el mundo, con el permiso de Nueva York claro, y unos 500 de estos aparatos vuelan por encima (o entre medio) de los rascacielos, dando la sensación de que es una gigantesca colmena de abejas mecánicas, como lo define Ramy Wurgaft, cronista de El Mundo. Los dueños son normalmente altos ejecutivos, grandes protagonistas del milagro económico brasileño que tiene su epicentro en esta ciudad que aporta el 28% del PIB brasileño, cuyo tiempo vale oro y que no se pueden permitir perder ni un minuto en los interminables y exasperantes atascos que la dominan, a parte de que son un medio de transporte mucho más seguro e inexpugnable frente a la más que abundante violencia callejera.
Hace unos años, las autoridades municipales se enorgullecían de ostentar el título de vice-campeones aeronáuticos, sin embargo Ramy nos cuenta que ahora les preocupa que los atascos que observan en la superficie, se reproduzcan en el aire con fatales consecuencias, ya que además en Sao Paulo sólo existen 300 helipuertos, con lo que no les salen las cifras de parking. Desde 2005 el tráfico aéreo urbano se controla ya no a través de una frecuencia abierta de radio, sino por medio de los radares del aeropuerto metropolitano de Congonhas, pero a pesar de los nuevos métodos y a un riguroso protocolo de vuelo, en el 2008 se produjo una colisión en el aire, dos aparatos se precipitaron a tierra y hubo un sinnúmero de aterrizajes forzosos. Muchas empresas siguen la política de alquilar helicópteros y no poseer una flota propia, ya que el coste del seguro es muy alto y porque es sabido que los ejecutivos utilizan los aparatos para sus viajes de fin de semana. El alquiler de un Colibrí mono-turbina, con espacio para cinco pasajeros, es de 800 dólares la hora por cierto. Seguiré soñando. Buen y divertido fin de semana.
