Para cubrir el escalón de acceso de las variantes diesel en la nueva y revolucionaria Clase A, Mercedes recurre a un motor de origen Renault que es todo suavidad y progresividad. A pesar de sus 109CV, el matrimonio no desmerece en absoluto la impecable puesta a punto. Habrá compradores a los que les podrá parecer un sacrilegio comprarse un compacto como el precioso Mercedes Clase A, que con las opciones más deseadas y recomendables puede superar los 35.000 euros de tarifa fácilmente, con un comportamiento dinámico sobresaliente que ha dejado en el olvido la famosa “prueba del alce” de la controvertida primera generación, y que bajo el capó aloje un bloque mecánico de origen Renault.
A todos esos clientes que se dejan llevar por la “marquitis” desde aquí les recomendamos encarecidamente que soliciten una prueba del A 180 CDI manual (la versión automática lleva un bloque distinto de origen Daimler), y comprueben hasta qué punto los ajustes de Mercedes sobre el pequeño motor 1.5 dCi de Renault consiguen que esta mecánica funcione más redonda, y eso que para nosotros es la más conseguida de todas las de la casa gala, por encima del alabado 1.6 dCi de 130CV.