
Cuando este modelo de la casa japonesa fue lanzado al mercado en el año 2002, supuso un revulsivo que sorprendió al público intentando ofrecer un vehículo que se puede englobar en el segmento B de los ciudadanos por su tamaño, precio o consumos pero que ofrecía un interior con espacio para el pasaje propio de un compacto, con una gran y modulable capacidad interior y de maletero. A mi no me convence del todo pero, ¿es cierto que el que da primero da dos veces?
La popularidad del más pequeño de los Honda que se venden en el viejo continente fue en aumento continuado y el año pasado fue sustituido por la nueva versión. Soluciones como los «asientos mágicos», que permiten infinidad de configuraciones, o el tanque de gasolina situado en el centro para favorecer la flexibilidad interior fueron un gran avance en su momento, soluciones luego imitadas. El modelo de 2008 se ha mantenido fiel a sus principios, pues el hecho de que muchos clientes de la marca hayan tenido más de una unidad demuestra lo acertado de este concepto de «hatchback» de 5 puertas. Y no todos los días se venden 500.000 unidades de un producto comercial, sea el que sea. «El cliente siempre tiene la razón».
La moda del «downsizing», la necesidad de utilizar coches cada vez más pequeños en las congestionadas capitales europeas y su gran espacio interior, con un maletero de 400 litros en esta última entrega, hacen de el Jazz un coche idoneo para aquellos que valoran la practicidad como argumento imbatible de compra. Claro que ahora tiene que competir con los Aygo, IQ, C1, 1001 y similares rivales armados hasta los dientes para la lucha en la jungla urbana…


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