
La última criatura de Audi brilla en un segmento en el que figuran titulares como los Porsche Boxster S o Cayman S (320 cv) y BMW Z4 3.0si (265 cv) y otros de semejante pelaje. Eso sí, no lo tiene fácil frente al afilado Nissan 370 Z (330 cv), ni frente al glamoroso Mercedes SLK 350 renovado con 305 cv, pero para darles estopa de la buena ya está su hermano mayor el TTRS.
La mecánica que he probado, ya que el modelo en si no es una novedad, es una evolución más del galardonado 2.0 TFSI que en principio, en el VW Golf GTI, daba 200 cv, y últimamente, tras diferentes variantes, el techo lo ostentaba el compacto Audi S3 con 265 cv. Ahora son 272 cv, lo que tampoco parece una barbaridad teniendo en cuenta que el Seat León de la Supercopa de circuitos (es un coche de carreras, pero con una potenciación más bien conservadora) saca 300 cv.
