La semana pasada tuve la “desgracia” o el “castigo” de hacer una prueba de esas que no te dejan estar tranquilo en casa, si no de las que te piden hacer kilómetros de comarcal por un tubo. Cuando recogí la criatura los nervios dieron paso al asombro, y es que el Audi TTRS descapotable en gris suzuka que ahora tenía bajo mis posaderas impresiona desde el primer vistazo.
Lo han catalogado como el “mini R8” y la verdad es que este adjetivo no me parece en absoluto exagerado. Vamos a dejar clara una cosa desde el principio, me encanta este coche, pero voy a ser objetivo. No es el más pasional de la oferta por la que el afortunado comprador puede optar, pero sin duda es el más completo y racional. Un arma imbatible en el día a día con la que puedes quedarte babeando mirándolo y sentirte un consumado volantista a sus mandos.

