Tras ver la configuración general del Opel Corsa GSi nos metemos en harina para ver cómo va. El bastidor de este pequeño deportivo es monocasco, con suspensión delantera independiente de tipo McPherson y un eje trasero que, para no disparar los costes, opta por un esquema de brazo tirado con eje de torsión. Las estabilizadoras son más anchas en el modelo 2010 y la batalla y el ancho de vías del GSi es idéntico al de los demás Corsa, mientras que en la báscula arroja 1.300kg, lo que no se puede considerar poco para su tamaño.
Al arrancar el motor tiene un sonido claramente diesel, y las vibraciones se dejan sentir con claridad en el habitaculo. Durante los primeros compases el Corsa GSi se muestra como un buen animal de ciudad, y no resulta nada tosco en el tráfico denso. El firme tarado de la suspensión y los neumáticos de perfil bajo en llanta de 17 no le restan mucho confort, y callejear a sus mandos no supone ninguna tortura. Y eso que la dirección asistida del Opel Corsa GSi es eléctrica y resulta algo dura en las maniobras de aparcamiento, aunque una vez en marcha se muestra muy adecuada a su personalidad.
Meter al último GSi de Opel en autopista es como callejear con una limusina pero es destacable el aplomo del pequeño Corsita, ya que su larga batalla junto con las llantas de 17 y los neumáticos de medida 215 unidos a una suspensión firme evitan los extraños y los balanceos de la carrocería. El confort de marcha es considerable, los baches se filtran bien y sólo en las juntas de dilatación más marcadas habrá algún rebote. El habitáculo no tiene sin embargo un aislamiento acústico demasiado bueno, filtrándose sobre todo el ruido de rodadura de los neumáticos, así que el cansancio aflorará con facilidad.
Pero ya es hora de meternos en carreteras nacionales, donde sale a relucir el mejor comportamiento GSi que llevamos pegado a la chapa trasera. Este Corsa pide curvas, carreteras de montaña y tramos revirados. El motor se muestra en plena forma en todo momento, empuja con fuerza desde las 1.500rpm y permite adelantamientos seguros gracias a la buena capacidad de aceleración que otorga su generoso par motor y el escasísimo retardo del turbocompresor.
El Opel Corsa GSi 1.7 CDTI tiene una factura final de 16.775€, y si le sumamos los extras que equipaba la unidad de pruebas hay que añadir 2.000€ más. Al pensar en el principal rival sin duda alguna hay que hablar del fenomenal Seat Ibiza FR TDI. La balanza queda entonces totalmente descompensada ya que el modelo español es un hueso demasiado duro de roer que monta el tremendo motor 2.0 TDI CR de 143CV, con lo que sus prestaciones y comportamiento están en otra liga. Además a igualdad de equipamiento su precio es de 18.220€.
La prueba completa y mucho más en ESD.



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