
El cuatro latas, el todoterreno de pueblo más auténtico que hay, es un coche que surgió como iniciativa de Pierre Dreyfus, presidente de Renault, quién encomendó a sus ingenieros y diseñadores que trabajaran en un vehículo pequeño, versátil y espacioso, que sirviera para múltiples propósitos y gustara en todo el mundo.
Las características del proyecto eran adelantadas a su tiempo: tracción delantera para que tuviera el piso plano y suspensión con barras de torsión para que no ocuparan espacio dentro de la cabina. Para acortar los tiempos se usó el motor de 750 c.c del 2CV y de los primeros Dauphine, sustituido posteriormente por el 850 c.c que equipaba a los últimos Dauphine. Los elementos que requirieron más trabajo, fueron las juntas homocinéticas de los ejes delanteros, algo que estaba inventándose apenas y que requería mucho trabajo para lograr duración y resistencia. Para la transmisión se usó una caja de 3 cambios delantera, con la palanca montada en el salpicadero.
