
La sensación al volante del A4 es la de llevar un coche más grande y de más calidad que la que estaba acostumbrado su cliente. El aislamiento de la carretera y su manera de “andar”, manteniendo la trayectoria en carreteras rápidas sin que le falte agilidad en las lentas le proporciona ese toque premium que tanto buscan los clientes, algo a lo que el ajuste de la mayor parte de los recubrimientos y los materiales de todo lo que se puede utilizar y tocar ayuda sobremanera.
Como suele ocurrir en los coches de calidad, va muy bien tal y como viene de serie, pero claro si no quieres que tu Audi sea igual que todos los que tiene Avis necesitas recurrir a la interminable lista de opciones para personalizar un coche que tiene tecnologías de segmentos superiores al alcance de sus clientes. (Eso si, la factura se puede ir por encima de los 60.000 € en cuento te descuides)
