
El Scirocco es un coche duro en términos generales y su comportamiento está sin duda más próximo al del Golf GTI, que por cierto le aventaja en personalidad, aunque la llegada del Scirocco R puede poner fin a este problemilla. Sus ejes provienen del chasis de aquel y sus amortiguadores y barras estabilizadoras se han adaptado al nuevo reparto de pesos y a la posición más baja de los asientos, aportando ese plus de deportividad y mejora del comportamiento en curva ya comentado.
Su suspención incorpora el sistema DDC (control adaptativo de estabilidad), que permite configurar el coche en tres modos distintos: Normal, Deportivo o Confort. Este último se recomienda para carreteras en mal estado para circular a velocidades bajas. En conjunto se tiene la clara sensación de estar a los mandos de algo más «gordo» la verdad.
