
Presentado allá por 1974 el Golf es uno de los automóviles más vendidos de la historia con más de 22 millones de unidades fabricadas, y no tengo una sola duda que una gran parte de su éxito se lo debe a su incomparable versión GTI. Este coche logró en la decada de los ochenta que el cliente europeo aceptara tener un compacto como coche para toda la familia, pues a un precio imbatible tenía una herramienta y un juguete a la vez.
En el 2009 llegamos a la sexta generación, y la verdad es que no supone el cambio total que fue la quinta. Dos grandes tubos de escape en los laterales de la parte trasera son el cambio estético más importante del nuevo GTI, consiguiendo con ello que ya no mire con recelo a su hermano mayor el R32 con sus dos preciosos escapes centrales y ganando muchos enteros en agresividad. Estoy seguro que muchos dueños de la V generación están muriéndose de envidia y planteándose incorporarlos.

La nueva edición de este mito mide 4,20 metros de longitud, y no sólo transmite fuerza sino también de nuevo la más alta calidad. El conocido interior del Golf destaca por su atmósfera acogedora y una gran funcionalidad, con un toque deportivo que ya querrían muchos modelos más caros. De serie trae el volante deportivo achatado en la parte inferior que él mismo puso de moda y los mismos bacquets deportivos de fantástico agarre lateral y comodidad suprema con la exclusiva y revival tapicería de cuadros de diseño insuperable.
Música maestro
Antes de meternos en el zigzag de trazar curvas hay que despertar al conocido motor TSI de dos litros, y en este punto merece la pena bajarse del coche y escuchar esos preciosos escapes nuevos. En parado se oye lo justo pero anuncia una voz ronca, y es que el motor turbo está más que despierto; basta con pisar levemente el acelerador para que la aguja del cuentarrevoluciones se dispare y el cuatro cilindros demuestre acústicamente una presencia embriagadora.
Durante la conducción se añade un tono deportivo que hará las delicias de los más entregados, y a partir de las 2.000 vueltas empieza a retumbar de manera cada vez más racing y chirriante a medida que se sube de revoluciones, aunque sin llegar a resultar nunca en absoluto molesto. Por último, se añade un zumbido del turbo que hace que este gasolina suene como un motor de alta tecnología, que es lo que en realidad es.

El sonido deportivo va seguido de las correspondientes proezas deportivas. Los 210 CV y 280 Nm (de 1.700 a 5.200 vueltas) lanzan a este cinco plazas de 1,3 toneladas de peso como una bala. Ahora le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos y alcanzar los 240 km/h (238 km/h con el DSG) a la vez que ofrece unas bajas cifras de emisiones de CO2 y consumos: 170 g/km y 7,3 l/100 km (174 g/km y 7,4 l/100 km DSG). De libro vamos
También en lo que a aceleración transversal se refiere el comportamiento ágil supera sus marcas anteriores. El contacto del nuevo GTI con el asfalto es firme y tirante, el tacto de la dirección es preciso e impide que la ligera inclinación lateral lo aparte de su trayectoria. La carrocería es muy rígida y los frenos, con pinzas acertadamente pintadas en rojo de nuevo, resultan mordaces y muy dosificables. Para conseguir que el Golf subvire en las curvas y roce el límite con neumáticos chirriantes y la intervención del ESP, es necesario alcanzar un verdadero grado de temeridad al volante. Los volantistas consumados disfrutarán de lo lindo, os lo aseguro. Qué gran producto.

Continuará…

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