
El reemplazo generacional del Saab 9-5 ha tardado 12 años en presentarse, pero como más vale tarde que nunca la ex filial del grupo automovilístico General Motors ya puede mirar al futuro con renovada independencia. Este verano el consorcio de automóviles de lujo deportivos sueco Koenigsegg adquirió esta marca símbolo del país, pero el Gobierno sueco exigió una auditoria y un plan de viabilidad, ya que acumulaba una deuda de más de 1.000 millones de euros.
El BEI (European Investment Bank) les ha dado 400 millones de euros para el desarrollo de modelos menos contaminantes, y un acuerdo con la china BAIC (Beijing Automotive Industry Corporation) asegura la introducción del antiguo Saab 9-5 en el mercado emergente más importante del momento para asegurar viabilidad en los primeros momentos.
