
Tengo que reconocerlo, este coche es mi debilidad. Todavía yacen en mi memoria los recuerdos a bordo del M5 E39 de mi padre, que adquirió cuando yo tenía 10 años y fue como si hubiera comprado un avión. Los viajes pasaron ser en “primera” gracias a su interior forrado en cuero hasta el techo, y la «alta velocidad» llegó a nuestras vidas como por arte de magia. Ocho años más tarde tuve la suerte de que seguía en nuestro garaje y con el M5 pasé de los mejores momentos que recuerdo al volante de un coche. Sin ayudas, a las bravas, con su carácter indómito. Qué recuerdos…
Fue en el Salón de Amsterdam de 1984 cuando se presentaba el primer BMW M5. Basado en la carrocería del BMW Serie 5 E28, montaba el mismo motor que el BMW M1: un 3.4 litros de 6 cilindros que entregaba 286 CV y un par máximo de 340 Nm. Gracias a él, podía alcanzar los 245 Km/h y acelerar de 0 a 100 Km/h en 6.5 segundos, cifras de infarto hace 25 años. Estéticamente era demasiado sobrio.

En 1989 llegó la segunda generación, basada en el Serie 5 E34 aparecido en 1988. Con un diseño de nuevo poco pasional pero duradero, equipaba un 3.5 litros de 6 cilindros con 315 CV y 360 Nm de par máximo. Las prestaciones apenas mejoraban respecto al primer M5: 250 Km/h y 100 Km/h desde parado en 6.3 segundos.
En 1992 se le hizo un restyling y apareció un nuevo motor de 6 cilindros y 3.8 litros. La potencia ascendía a los 340 CV, y el par máximo a los 400 Nm, con lo que se conseguía una velocidad máxima (limitada electrónicamente) de 250 Km/h y una aceleración de 0 a 100 Km/h en menos de 6 segundos (5,9). El mayor hito de esta generación, sin embargo, fue la aparición del M5 Touring con carrocería familiar, una variante muy apreciada hoy en día.

La verdadera tercera generación del BMW M5 aparecería a finales de 1998, sobre la base del BMW Serie 5 E39. Se abandonó la tradicional arquitectura de seis cilindros para pasar a un motor V8 de 5.0 litros, con 400 CV y 500 Nm de par máximo. Las prestaciones mejoraron ostensiblemente, cubriendo los 100 Km/h con salida desde parado en tan sólo 5.3 segundos, mientras que la velocidad máxima continuaba limitada a los ya tradicionales 250 Km/h.
El actual BMW M5 lleva en el mercado desde 2005. Basado en el Serie 5 E60, y también disponible de nuevo en la lúdica versión Touring, el V10 de 5.0 litros fue un gran desarrollo de ingeniería y entrega más de medio millar de caballos y 520 Nm de par máximo con los que se puede realizar el 0-100 en 4.7 segundos. Este bloque tiene su origen ni más ni menos que en el motor BMW del Williams F1 de hace unas cuantas temporadas.

No hay duda que en unos meses veremos un nuevo Serie 5, pues el E60 empieza a estar caduco, y seguro que su versión M5 supondrá un nuevo paso adelante en la evolución de la saga, ya que presumiblemente abandonará los tradicionales motores atmosféricos BMW M para adoptar el mismo motor que el de los BMW X5 M y X6 M, un 4.4 V8 Twin Turbo de 555 CV y 680 Nm de par máximo.




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