
Hace ahora 25 años, en noviembre de 1984, la casa de la estrella presentaba oficialmente un nuevo coche bautizado como W124, modelo que fue la semilla del que a partir de 1993 pasó a conocerse como la actual Clase E, acompañando a la Clase C y la Clase S, todos ellos referentes en sus segmentos.
A Mercedes Benz le debemos muchos de los adelantos que el mundo del automóvil disfruta hoy en día y desde luego que en lo que se refiere a las berlinas de representación siempre ha sido la punta de lanza del sector. Sus modelos son el paradigma de la comodidad y el equilibrio, con lo que viajar en un Mercedes siempre ha sido hacerlo “en primera clase”.

Obra estilísitica de Bruno Sacco, Joseph Gallitzendörfer y Peter Pfeiffer, en 1985 el W124 fue el primer modelo de la casa en montar la tracción total 4MATIC y, a partir de 1990, bajo la denominación de 500E, estrenó un propulsor de 8 cilindros en V, que entregaba 326 CV de potencia máxima como primicia mundial en su categoría. Nunca olvidaremos su peculiar y característico limpiaparabrisas panorámico de un solo brazo y leva descentrada, capaz de mantener limpio el 86% de la superficie del parabrisas.
Adelantado a su tiempo
El W124 (Clase E) no dejó de incrementar los niveles de seguridad pasiva, con crash-tests reales y simulaciones de accidentes por ordenador para conseguir una célula de habitabilidad en la que las zonas de deformación delanteras y traseras fueron un avance impresionante. Demostrando que siempre han sido unos adelantados a su tiempo los ingenieros no dejaron de lado a los peatones en caso de impacto, minimizando los potenciales daños que se les podía causar.

Un avance importántisimo de cara al consumo y las prestaciones fueron los estudios aerodinámicos. Partiendo del diseño del 190 (serie W201, luego Clase C), el coeficiente de penetración bajo de 0,44 del modelo precedente hasta los 0,32 y, en determinadas motorizaciones, hasta los 0,29, cifras que todavía hoy son un verdadero prodigio.
La gama de motores con los que llegó al mercado permitía elegir entre tres diesel, el 200 D de 72 CV, el 250 D de 90 CV y el 300 D con 109 CV, y cuatro de gasolina: el 200 y el 230 E con cuatro cilindros y los 6 cilindros del 260 E (170 CV) y el 300 E de 190 CV, bloques extremadamente fiables y con los que se labra su fama de indestructible.

Gama extensa
Para ir completando la gama en el salón de Franfurt de 1985 veía la luz la carrocería familiar (modelo T) junto con un nuevo motor diesel 6 cilindros de 3 litros y 140 CV. La lúdica versión coupé hizo su aparición en el salón de Ginebra de 1987, y en 1991 se completaba la serie con la aparición del descapotable, el 300 CE-24 Cabriolet.
En 1990 llegó el summun del lujo con la limusina de 6 puertas, que con un aumento de longitud y de distancia entre ejes de 80 centímetros ofrecía espacio a raudales. Las versiones parcialmente carrozadas basadas en el modelo T que servían para construir ambulancias, coches fúnebres u otros tipos de vehículos especiales completan la oferta.

Con el cambio de nombre en 1993 aparece el modelo estrella de toda la gama, la primera versión AMG con el motor V8 de 6 litros y 380 CV, el E60. También el coupé y el cabrio recibieron un aumento de potencia, pasando a llamarse E 36 AMG y ofreciendo 272 CV.
En 1995 el modelo W210 sustituye a la plataforma W124 y en 1997 el último cabrio con este chasis sale de la línea de producción. Durante los once años que estuvo en producción se construyeron 2.058.777 berlinas, 340.503 combis, 141.498 coupés, 6.343 cabrios, 2.342 berlinas de batalla larga y 6.398 chasis-cabina para vehículos especiales. En total: 2.555.861 unidades. Felicidades
Vía: Diariomotor

Paises ricos paises en vias de desarolli simpre veras un mercedes