Aunque algunos modelos del Skoda Yeti tengan tracción total, en ningún momento pretende aparentar ni quiere ser un todoterreno. Sus protecciones de plástico lo evidencian y la tracción a las cuatro ruedas está más encaminada a darle dinamismo en carretera o ganar agilidad en caminos de arena relativamente fáciles que a superar tramos muy rotos. Su principal elemento de todoterreno es el asistente de descenso en pendientes, ese sistema que ayuda a frenar el coche en las bajadas más pindias, un sistema que no está disponible en las versiones básicas.
El habitáculo del Yeti es otro de de sus puntos fuertes, a parte de la distinción estética que supone llevar un coche diferente, porque sus distintas posibilidades de configuración permiten hacer de este pequeño vehículo lúdico desde un turismo convencional con 405 litros de maletero hasta una pequeña furgoneta que se acerca a los 2 metros cúbicos de almacenaje.

