Con el Latitude Renault recurre a una fórmula exitosa para atraer a clientes de otros segmentos que no se habían planteado la posibilidad de acceder a una berlina de este tamaño: el precio. Renault apunta alto con su nueva berlina grande, un coche que se sitúa en tierra de nadie por su planteamiento y aspiraciones, y tras someterlo a una profunda prueba por nuestros recorridos habituales hemos constatado que el resultado es muy satisfactorio, máxime teniendo en cuenta los 27.300 euros que piden por este Latitude 2.0dci con acabado Privilege.
Con el Latitude nos encontramos ante una berlina de la que sus propietarios se sentirán orgullosos al acercarse en el parking de cualquier localización, un coche que tiene un empaque sorprendente y que los profanos en la materia no sabrán reconocer, resultándoles toda una sorpresa descubrir el logo del rombo en el capó cuando probablemente esperaban algún emblema alemán.
La atmósfera del interior de la última berlina de Renault hará que todos sus ocupantes se encuentren con una cantidad de espacio sorprendente para un coche que no podemos olvidar por precio milita en el mismo segmento que el Laguna del que deriva, y esa es la mejor de sus bazas. Bien pensado así es como deben viajar la mayoría de los cargos públicos de relevancia en Europa en sus Citroën C6 o Audi A6 y para estos menesteres este coche es ideal con un buen ahorro económico.

Por otro lado la unidad de pruebas llevaba instalado los asientos delanteros con función de masaje, así que los peros respecto a la posición de conducción y el agarre lateral pronto pasaron a un segundo plano tras comprobar que este elemento no resulta para nada intrusivo con la conducción y aporta un plus de descanso que los hypermillers sabrán considerar.
Una vez en marcha, la mecánica de nuestra unidad de pruebas, que es la 2.0 dci de 150CV, se muestra muy voluntariosa acelerando la masa del Latitude, demostrando que su enorme par es suficiente para practicar una conducción alegre que para nada peca de aburrimiento. Serán la gran distancia entre ejes y el tamaño de esta berlina de representación los principales límites a la hora de adentrarnos en carreteras retorcidas, que no son el escenario natural de este coche, y aun en esas circunstancias el Latitude no acaba de perder la compostura si conducimos con suficiente adelanto de reacciones.
La prueba completa y mucho más en ESD.


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