La tercera generación del monovolumen compacto de Opel crece en tamaño y mejora su calidad y su flexibilidad para posicionarse como un producto mucho más elaborado que el modelo anterior. El Opel Zafira salió al mercado en 1999 y lleva vendidas más de 12 millones de unidades, una cifra que da fe de que su concepto de monovolumen compacto y de interior flexible era una apuesta muy acertada. La competencia tomó nota y los rivales vienen cada vez más preparados, así que la tercera generación del alemán se ha vuelto más grande, ha incrementado su calidad y aparece con multitud de soluciones para incrementar su versatilidad hasta cotas muy altas.
Tal es el avance que supone este modelo respecto a la generación saliente, que en un primer momento la apuesta comercial de la filial europea de General Motors va a ser la de que convivan ambas carrocerías en su gama. Este movimiento permitirá dejar la versión antigua con un precio mucho más ajustado para competir con las propuestas de venta más agresivas, léase Citroën Grand C4 Picasso First, pero corre el riesgo de canibalizar las ventas del Zafira Tourer dado los tiempos que corren.

