Decidida a continuar por la senda de crecimiento que le ha llevado a duplicar las ventas de su modelo fetiche en 2014, el CX-5, Mazda ha presentado la actualización de su SUV medio con una nueva mecánica de gasolina. Para no perder comba su berlina, el Mazda 6, también se pone al día con la adopción de la tracción integral y mucha tecnología.
Una de las cosas que más valoran los clientes de Mazda es sin duda su personalidad, pues no hay duda de que es una marca que hace las cosas a su manera. El mercado, que es soberano, parece estar dándole la razón con unas cifras de ventas en claro ascenso y con un escenario por delante que sólo hace presagiar mejoría, pues la llegada del modelo urbano 2 y del nuevo SUV pequeño CX-3 van a suponer un revulsivo de gama que este año se culminará con la renovación de su mito, el incombustible MX-5.
Así vistas las cosas nosotros no nos cansamos de alabar las buenas ideas que tienen en la firma japonesa, esas que hacen que el futuro comprador sienta que va por un camino diferente al de todo el mundo y que se reflejan en hechos tan palpables como que en el Mazda 6, la carrocería familiar no tiene sobrecoste frente a la berlina. Bravo. Su defensa de los motores Skyactiv está siendo también otro de los caballos de batalla, y los clientes lejos de quejarse lo que han manifestado a la marca es que querían una mecánica más potente en gasolina para el CX-5, el superventas de la firma. Y como en Mazda se les escucha, dicho y hecho.
