Si hay algo que Audi ha perfeccionado con los años, es el arte de evolucionar sin perder el rumbo. En un segmento tan competido como el de los SUV premium, el nuevo Q5 2025 no busca reinventar la rueda, sino refinarla. Más tecnológico, más eficiente y con ese aplomo germano que solo se entiende al volante, este modelo llega para recordarnos que el verdadero lujo está en los detalles, en el silencio del habitáculo, y en la precisión de cada respuesta.

En un mundo donde los SUV de lujo parecen cortados con el mismo molde, Audi ha logrado mantener al Q5 como un referente silencioso. No grita, no exagera, no busca protagonismo con formas imposibles. Lo suyo es otra cosa: precisión, equilibrio y una clase que se nota más cuanto más tiempo pasas a bordo.
Ya ha pasado por nuestras manos la nueva generación del Audi Q5 2025 y, tras varios días de prueba, podemos decir que su fórmula sigue funcionando. Y de qué manera. No en vano hablamos del modelo más vendido de la marca de los aros con 2,7 millones de unidades entregadas desde que en 2008 lanzaron su primera generación. Ahora llega la tecera con la carrocería Sportback como protagonista, pues es la responsable del 60% de las ventas.
Diseño: evolución sutil, como dicta la casa
Audi sabe que no necesita reinventarse para destacar, y el nuevo Q5 lo demuestra con un lenguaje visual que evoluciona lo justo. La parrilla Singleframe ahora es más baja y ancha, los faros Matrix LED tienen una firma lumínica aún más tecnológica, y los trazos de la carrocería, aunque conservadores, respiran una elegancia madura. Por cierto que el diseño es obra del Valenciano Juan Carlos Huerta.
Las proporciones siguen siendo impecables. A medio camino entre un SUV compacto y uno de tamaño mediano, el Q5 tiene esa presencia que no impone, pero tampoco se diluye en el tráfico. Nuestra unidad, acabada en el nivel S line, se vestía con llantas de 20 pulgadas y un discreto paquete negro que sustituye los cromados por un tono más sobrio, perfecto para quienes entienden que el lujo está en los detalles.

Interior: minimalismo premium con ADN Audi
Si el exterior convence por su contención, el interior enamora por su ejecución. El nuevo Q5 adopta la filosofía de digitalización de la marca con un «escenario digital» que cobra todo el protagonismo del interior. El cuadro de instrumentos Virtual Cockpit es claro, fluido y totalmente personalizable, mientras que la pantalla central flota sobre el tablero, ligeramente orientada al conductor.
Los materiales son, como era de esperarse, impecables. Cuero fino, inserciones en aluminio cepillado y una calidad de ensamblaje que recuerda por qué Audi sigue siendo uno de los referentes en acabados. Pero más allá de lo visual, hay un enfoque claro en la ergonomía: todos los controles están donde deben estar, los asientos sujetan con firmeza sin ser duros, y el aislamiento acústico es de los mejores del segmento. Literalmente se puede mantener una conversación en susurros a 130 km/h.
Tecnología: inteligente sin ser intrusiva
El Q5 2025 no pretende deslumbrar con un arsenal de gadgets innecesarios. Lo suyo es integrar la tecnología al servicio del confort y la seguridad. La nueva interfaz MMI responde con rapidez, es compatible con Android Auto y Apple CarPlay inalámbricos, y puede manejarse tanto por tacto como por comandos de voz.
La lista de asistencias a la conducción es extensa: control de crucero adaptativo con función Stop&Go, mantenimiento de carril, frenado autónomo de emergencia, alerta de tráfico cruzado y un sistema de cámaras 360º con excelente definición. Todo ello funcionando con la discreción y fiabilidad que uno espera de una marca como Audi.
Además, incorpora el sistema de iluminación activa Digital Matrix Light, que adapta la distribución del haz de luz en tiempo real según las condiciones del entorno y los vehículos cercanos. No solo mejora la visibilidad: convierte la conducción nocturna en una experiencia casi cinematográfica.

Motorización: eficiencia con alma
La unidad que probamos equipa el motor 2.0 TFSI de 204CV con tecnología mild-hybrid de 12V. Y aunque sobre el papel no parezca una revolución, lo cierto es que sorprende por su suavidad, entrega lineal y, sobre todo, por cómo colabora con la caja automática S tronic de 7 velocidades. No hay titubeos, no hay baches en la entrega de potencia. Todo fluye.
El sistema híbrido ligero permite apagar el motor en retenciones o durante la inercia a velocidades constantes, logrando consumos que rondan los 7,0 l/100 km en ciclo mixto. Nada mal para un SUV de dos toneladas con tracción quattro y un nivel de equipamiento completo.
Para quien busque algo más prestacional, la versión SQ5 con sistema híbrido ofrece 367CV, 25 más que antes. Pero la variante que tuvimos entre manos nos pareció ideal por su equilibrio. Va rápido si se lo pides, pero no necesita demostrarlo constantemente. Y por supuesto Audi se mantiene fiel al diésel en esta nueva generación con un bloque micro hibridado de su sempiterno dos litros que anuncia los mismos 204CV y que con la electrificación ofrece una suavidad y agrado de uso magníficos.
Y lo cosa no queda ahí, pues para los amantes de las mecánicas poderosas vendrá una versión diésel V6 más adelante, junto con las imprescindibles variantes híbridas enchufables claro, que prometen autonomías holgadamente por encima de los 140km en modo 100% eléctrico y dinamismo a la altura del modelo. ¿A que no sabías que Audi lleva 35 años de hibridación?

Conducción: aplomo alemán en cualquier terreno
El nuevo Q5 sigue apostando por un chasis que prioriza el confort sin renunciar a la precisión. El SUV medio de Audi vuelve a ser el encargado de estrenar una plataforma, la PPC en este caso, que es la nueva referencia de la marca. La dirección tiene un peso adecuado, es directa y comunica con honestidad.
La suspensión adaptativa, por su parte, cambia radicalmente el comportamiento según el modo de conducción seleccionado. En Comfort, filtra imperfecciones con maestría. En Dynamic, tensa los músculos para ofrecer una pisada más firme y una sensación de mayor conexión con el asfalto. El SQ5 eleva estos atributos al máximo con la suspensión neumática y sus 6cm de recorrido.
En curvas rápidas, el Q5 se siente más ligero de lo que es. La tracción quattro reparte el par con inteligencia, y aunque no es un SUV deportivo, permite mantener ritmos altos sin que el coche se descomponga. Todo ocurre de forma predecible, sin sustos, sin subvirajes abruptos ni sobrevirajes innecesarios. Es un coche pensado para disfrutar conduciendo, y si optamos por la versión S la deportividad desborda por los cuatro costados con un sonido que enamora.
En ciudad, la suavidad del conjunto motor-transmisión y la asistencia de los sistemas de seguridad hacen que maniobrar sea casi un juego. La cámara de marcha atrás con sensores activos y la función de frenado automático en maniobras a baja velocidad evitan sorpresas desagradables. Y las luces funcionales de freno son un avance en seguridad vial que nos ha parecido todo un acierto, mejorando además la presencia en todo momento.

Espacio y versatilidad: a prueba de familias
Con 4,68 metros de largo, el Q5 2025 ofrece un habitáculo espacioso para cinco ocupantes. Las plazas traseras tienen buen acceso, espacio generoso para piernas y cabeza, y una inclinación del respaldo ajustable. Además, el túnel central es menos intrusivo que en otros competidores, lo que mejora la habitabilidad en trayectos largos.
El maletero ofrece 550 litros de capacidad, ampliables hasta 1.550 con los asientos traseros abatidos. La boca de carga es baja, el portón es eléctrico con función manos libres, y hay soluciones inteligentes como ganchos, redes y compartimentos laterales. No es el SUV más grande de su clase, pero es uno de los mejor resueltos en términos prácticos.
El Audi Q5 2025 no viene a romper esquemas ni a redefinir el segmento. Viene a recordarnos que hay una forma de hacer las cosas bien, con discreción, con coherencia y con una calidad que solo el tiempo pone en valor. No es el SUV más emocionante, pero sí uno de los más completos, refinados y agradables de conducir. Será por eso que en febrero la marca ha experimentado el récord de tráfico y pedidos en concesionario de los últimos 24 meses.
En un mercado saturado de propuestas ruidosas, el Q5 sigue siendo ese coche que uno elige cuando busca un compañero de viaje para muchos años. Un coche que no cansa, que no molesta, y que mejora con cada kilómetro. En definitiva, un Audi con todas las letras. Los precios parten de los 61.600€ y se van hasta los 94.690 del SQ5, y Audi España espera que el modelo más vendido sea el TDI Black Line que se puede adquirir por 73.650€.


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