La histórica marca automovilística española EBRO consolida su retorno con el nuevo SUV híbrido S400, fabricado en la Zona Franca de Barcelona, reforzando su ambiciosa apuesta por la movilidad sostenible y el empleo local. Además, se convierte en patrocinador oficial de las Selecciones Españolas de Fútbol hasta 2028, fusionando identidad nacional, industria y deporte.

El rugido silencioso de la nueva EBRO no solo se escucha en la carretera, sino también en los despachos de la industria, el deporte y la economía. Tras resucitar una marca que marcó una época en el motor español, EBRO vuelve con fuerza en este 2025 con el lanzamiento de su tercer modelo, el S400, un SUV híbrido compacto que promete convertirse en superventas. A su vez, la compañía afianza su compromiso industrial con la producción local en la planta de la Zona Franca de Barcelona y se alía con la Real Federación Española de Fútbol como patrocinador oficial de todas las selecciones nacionales, en una jugada que va mucho más allá del márketing: es identidad, es territorio, es España.
Presentado oficialmente el pasado mes de mayo en el Automobile Barcelona, el nuevo EBRO S400 representa la entrada de la marca en uno de los segmentos más competitivos del mercado: el SUV urbano híbrido. Con una longitud de 4,32 metros y una estética moderna y robusta, el modelo apunta directamente al corazón del mercado familiar y joven, especialmente en las grandes ciudades donde la etiqueta ECO es ya más que una ventaja: es una necesidad.

Tecnología eficiente y diseño atractivo
El S400 monta una mecánica híbrida HEV que combina un motor de gasolina 1.5 litros con 129 caballos y un motor eléctrico de 150 kilovatios, alcanzando una potencia conjunta de 211 caballos. Las cifras lo colocan como uno de los modelos más prestacionales de su categoría, con un consumo medio contenido en torno a los 5,3 litros a los 100 kilómetros y emisiones por debajo de los 120 gramos de CO₂, lo que le otorga la preciada etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico. Esto se traduce en importantes ventajas fiscales y de movilidad para sus propietarios, en un contexto donde las restricciones urbanas son cada vez más severas.
El interior del S400 ha sido diseñado con un enfoque premium sin renunciar a la funcionalidad. Destacan las dos pantallas digitales de 12,3 pulgadas, una para el cuadro de instrumentos y otra para el sistema multimedia, que incluye compatibilidad inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto. También se incorpora un asistente por voz que se activa con el comando “Hola, EBRO”, climatizador bizona, asientos calefactados con regulación eléctrica, y una batería de asistentes de conducción que elevan la seguridad al máximo nivel: desde el control de crucero adaptativo hasta la cámara de visión 540 grados, pasando por el mantenimiento activo de carril, detector de ángulo muerto, alerta de tráfico cruzado y freno automático de emergencia.
Precios ajustados y fórmulas de financiación flexibles
En cuanto a precios, el EBRO S400 parte desde 27.490 euros en acabado Premium, aunque con promociones puede adquirirse desde 23.500 euros. El acabado superior, Excellence, eleva ligeramente el precio, pero se ofrece también por debajo de los 25.000 euros gracias a campañas de lanzamiento. Además, la marca propone un sistema de financiación flexible desde solo 149 euros al mes, que permite devolver, cambiar o comprar el coche al finalizar el contrato, en línea con las nuevas fórmulas de consumo de vehículos que triunfan entre las generaciones más jóvenes.

Producción nacional: el corazón en Barcelona
Pero lo más destacado del S400 no es solo lo que ofrece como producto, sino dónde se fabrica. EBRO ha apostado decididamente por la producción nacional y ha convertido la antigua planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona en su centro neurálgico. Allí ya se producen los modelos S700 y S800, y desde este año también el S400, cuya fase de preproducción comenzó en junio. Esta planta, rebautizada como EBRO Factory, no solo es símbolo de renacimiento industrial, sino que se perfila como uno de los grandes polos de movilidad sostenible del sur de Europa.
Según datos facilitados por la propia empresa y por el grupo chino Chery, socio estratégico de EBRO en este proyecto, la previsión es que la plantilla pase de los 800 trabajadores actuales a 1.200 en 2027, con una capacidad de producción que podría alcanzar los 200.000 vehículos al año en la próxima década. Además, a finales de 2025 se prevé comenzar el ensamblaje de baterías in situ, lo que añadirá aún más valor añadido local al proceso productivo. A este crecimiento se suma la reciente ampliación anunciada de 60.000 metros cuadrados en las instalaciones de la Zona Franca, destinados a optimizar la capacidad logística y atender a una demanda creciente.
El S400, clave en la estrategia de crecimiento
No cabe duda de que el S400 será clave para consolidar la estrategia de EBRO. Se estima que este modelo representará el 40 % de la producción total de la marca, lo que lo convierte en piedra angular del relanzamiento industrial. Con una oferta que combina diseño, tecnología, precio competitivo y sello de fabricación nacional, el S400 se posiciona como una alternativa muy sólida frente a gigantes como Toyota, Kia o Renault.

Una alianza con el deporte nacional
En paralelo al lanzamiento del nuevo modelo, EBRO ha hecho otro movimiento de gran impacto mediático y emocional: su incorporación como patrocinador oficial de las Selecciones Españolas de Fútbol. El acuerdo fue anunciado en mayo en la sede de la Real Federación Española de Fútbol, en Las Rozas, y contempla el patrocinio hasta 2028 con opción de prórroga hasta 2030. Esto implica que EBRO será vehículo oficial de la selección masculina, femenina y sub-21, y estará presente en citas internacionales como la Eurocopa Femenina de 2025, el Mundial masculino de 2026 y el Mundial femenino de 2027.
La marca no ha escondido que este patrocinio tiene una carga simbólica importante. “Compartimos con la selección valores como el trabajo en equipo, el compromiso y la proyección internacional de lo mejor que tiene este país”, aseguró Pedro Calef, CEO de EBRO Motors, durante el acto de presentación. Por su parte, el secretario general de la RFEF, Manuel Lalinde, destacó que la unión con EBRO representa “el regreso de una marca emblemática que vuelve para quedarse, con raíces españolas y mirada al futuro”.
Industria y afición: una conexión emocional
Durante el acto, varios jugadores como Unai Simón o Dani Olmo recibieron camisetas firmadas por empleados de EBRO Factory, en un gesto que simboliza la conexión entre la industria y el deporte, entre quienes fabrican y quienes representan a España. El evento fue ampliamente cubierto por medios y ha generado una ola de simpatía que sin duda ayudará a consolidar la imagen de EBRO como marca nacional.
Este impulso industrial, comercial y emocional coloca a EBRO en el mapa no solo como fabricante de coches, sino como símbolo del nuevo tejido productivo español: innovador, sostenible, conectado con el entorno y capaz de competir en el mercado global sin perder su esencia. El S400 es el primer paso de una estrategia más ambiciosa, y todo apunta a que no será el último. Si EBRO quería volver para quedarse, parece que lo está consiguiendo. Y lo hace por la puerta grande: en las calles, en las fábricas y en el corazón de la afición.


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