La planta de Mercedes-Benz en Vitoria, uno de los mayores polos industriales del País Vasco, encara un momento clave de su historia con una inversión récord de más de 1.000 millones de euros para transformarse en referente de la movilidad eléctrica en Europa. A pesar de los ajustes temporales en la producción, la factoría alavesa se prepara para ensamblar los nuevos modelos de furgonetas premium 100% eléctricas y consolida su compromiso con la innovación, el empleo y la sostenibilidad.

La planta de Mercedes-Benz en Vitoria —una de las más importantes de España y corazón industrial de Euskadi— vive un momento de profunda transformación. Aunque la coyuntura actual está marcada por ajustes temporales y cambios estructurales, lo cierto es que la apuesta de la compañía alemana por el futuro de esta fábrica es más firme que nunca. Con una inversión sin precedentes de más de 1.000 millones de euros, el centro se prepara para liderar la producción de vehículos eléctricos de nueva generación y mantener su posición como uno de los grandes motores industriales del país.
Lejos de ser un periodo de declive, el presente de Mercedes Vitoria debe entenderse como un proceso de reinvención estratégica, en el que confluyen sostenibilidad, digitalización y un claro compromiso con el empleo y la industria local.
De la incertidumbre a la transformación
El año 2025 comenzó con ciertas turbulencias en la planta vitoriana. A causa de la transición hacia los nuevos modelos eléctricos y de una demanda internacional más contenida, la producción se ha reajustado hasta situarse en torno a 125.000 unidades previstas para este ejercicio, una cifra inferior a años anteriores, pero alineada con el proceso de adaptación tecnológica que vive toda la industria del automóvil.
Este ajuste ha obligado a reestructurar los turnos de trabajo, prescindiendo del turno de noche desde marzo, y a aplicar medidas de flexibilidad para adaptar el ritmo de fabricación a las necesidades del mercado. Aun así, la dirección de la planta ha reiterado en varias ocasiones su compromiso con el empleo y la estabilidad, apostando por soluciones consensuadas con los sindicatos, como la aplicación de bolsas de horas o fórmulas que eviten despidos traumáticos.
Desde el ámbito institucional y sindical, se sigue de cerca el proceso, conscientes de que Mercedes-Benz Vitoria representa el 5% del PIB vasco y genera un tejido industrial que da empleo directo e indirecto a más de 30.000 personas en toda la región.

Inversión histórica para liderar la electrificación
La gran noticia que ilusiona al conjunto del sector y a la ciudadanía alavesa es la transformación eléctrica de la planta. Mercedes-Benz ha iniciado ya las obras para adaptar las líneas de montaje a la nueva plataforma VAN.EA (Van Electric Architecture), base de los futuros modelos eléctricos de la marca. Se trata de un salto tecnológico sin precedentes, en el que se conjugan eficiencia, sostenibilidad y vanguardia.
El desembolso asociado a esta transformación supera los 1.000 millones de euros, lo que convierte a esta inversión en la mayor jamás realizada en la historia de la planta. Los trabajos avanzan según lo previsto y permitirán, a partir de mediados de 2026, comenzar a fabricar las nuevas furgonetas eléctricas de gama media y alta que protagonizarán la próxima etapa de la movilidad europea.
Entre ellas destaca el futuro modelo Mercedes VLS, presentado recientemente en el Salón del Automóvil de Pekín a través del espectacular prototipo Vision V. Se trata de un monovolumen eléctrico de gran lujo, con un diseño vanguardista, interior digital con pantalla retráctil, sonido envolvente y funcionalidades de entretenimiento que redefinen el concepto de transporte de pasajeros premium.
Este nuevo vehículo —que se ensamblará íntegramente en Vitoria— será clave en la estrategia global de la marca para conquistar el segmento de las grandes furgonetas eléctricas, tanto para uso familiar como profesional.
Compromiso con la sostenibilidad y la industria vasca
Otro de los pilares sobre los que se asienta esta nueva etapa de Mercedes Vitoria es su firme apuesta por la sostenibilidad. Desde 2022, la planta opera con una huella de carbono neutra, utilizando únicamente energía eléctrica procedente de fuentes renovables. La compañía ha expresado su voluntad de mantener este estándar de aquí a 2039, reforzando su liderazgo como uno de los centros de producción más respetuosos con el medioambiente del grupo a nivel mundial.
Además, en paralelo a la transformación tecnológica, la compañía ha activado nuevas sinergias con el entorno. Un ejemplo reciente es su próxima instalación en el emblemático edificio de La Azucarera, en pleno corazón de Vitoria. Allí, Mercedes abrirá un centro de atención al cliente y formación, con vocación de consolidarse como un espacio de innovación, desarrollo de talento y conexión con la comunidad.
Este movimiento forma parte de una estrategia integral para afianzar las raíces de la marca en la ciudad y contribuir al dinamismo económico y social de Vitoria-Gasteiz, más allá del ámbito estrictamente industrial.

Un ecosistema en evolución: proveedores, formación y digitalización
La transformación de la fábrica no sólo afecta a Mercedes-Benz como ensambladora de vehículos. Todo un ecosistema de empresas proveedoras —tanto locales como internacionales— está evolucionando en paralelo para adaptarse a las nuevas exigencias tecnológicas, de calidad y de sostenibilidad que implica la electrificación.
El Gobierno Vasco, en colaboración con el Ayuntamiento de Vitoria y el Ministerio de Industria, ha intensificado los programas de apoyo a la industria auxiliar, con incentivos para la digitalización, la descarbonización y la formación profesional especializada. Empresas como Gestamp, Faurecia, Benteler o DHL han comenzado ya sus procesos de reestructuración tecnológica, preparando el terreno para la llegada del nuevo vehículo eléctrico.
Del mismo modo, se están impulsando proyectos de colaboración público-privada, como el clúster vasco de movilidad, para garantizar que el tránsito hacia la nueva movilidad se realice sin dejar a nadie atrás. Se trabaja ya en la formación de perfiles técnicos especializados, necesarios para asumir los nuevos desafíos en robótica, ciberseguridad, gestión de baterías y control de calidad digital.
Horizonte 2026: una fábrica de vanguardia
A pesar del actual escenario de ajustes y transición, el mensaje que emerge de Mercedes-Benz Vitoria es de futuro, confianza y liderazgo industrial. La apuesta eléctrica es firme, está avalada por inversiones históricas y representa una oportunidad real de reposicionar a Vitoria como referencia europea en movilidad sostenible.
Si los plazos se cumplen, en menos de dos años, la planta no solo recuperará sus niveles habituales de producción, sino que lo hará con productos de mayor valor añadido, tecnología punta y una estructura más eficiente y respetuosa con el entorno.
La historia de Mercedes-Benz en Vitoria es la de un compromiso duradero con el progreso, la innovación y el territorio. Hoy, en plena transición hacia un nuevo paradigma industrial, la planta afronta uno de sus mayores retos, pero también una de sus mayores oportunidades.
Con inversiones millonarias, nuevos modelos eléctricos de gran proyección, una red de proveedores en transformación y un firme anclaje en la comunidad, Vitoria se prepara para convertirse en epicentro de la movilidad eléctrica del futuro. Y lo hace con la determinación de quienes llevan décadas fabricando vehículos con sello de calidad vasco.
Porque más allá de los números y las cifras, Mercedes-Benz Vitoria representa el orgullo de una ciudad, la fuerza de una región y el rumbo de una industria que quiere seguir siendo sinónimo de excelencia.

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