Cupra vive su mejor momento tras superar el millón de coches fabricados en apenas siete años. Su CEO, Markus Haupt, defiende que la marca es “mucho más que un proyecto automovilístico” y avanza nuevos planes de inversión y expansión global. El futuro será eléctrico, con Martorell como epicentro y una estrategia ambiciosa que ya mira hacia 2030.

Cupra atraviesa el momento más dulce de su corta pero intensa historia. La firma nacida en 2018 como spin-off de SEAT no deja de batir récords y acaba de superar el millón de coches fabricados en apenas siete años de existencia, una cifra que la sitúa como la marca que más crece en Europa. Su CEO, Markus Haupt, ha repasado el presente y el futuro de la compañía con una claridad que deja pocas dudas: Cupra es ya un fenómeno industrial y comercial que trasciende lo automovilístico y se prepara para dar un salto aún mayor en el escenario global.
Un crecimiento meteórico
Haupt recuerda que Cupra nació con una ambición clara: “De Europa para los europeos, pero con vocación global”. Hoy está presente en 50 países y cuenta con 1.200 puntos de venta, con Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos como los últimos destinos conquistados. En este corto espacio de tiempo ha lanzado siete modelos, y se prepara para una ofensiva aún mayor que, respaldada por una inversión de 10.000 millones de euros, dará lugar a cuatro nuevos coches en los próximos años.
Esa expansión fulgurante no ha pasado desapercibida en el sector. Cupra no solo es la marca que más rápido crece en Europa, sino que se ha convertido en el espejo donde otros fabricantes tratan de mirarse. Su posicionamiento atrevido, su lenguaje de diseño propio y una clientela más joven que la media del Grupo Volkswagen explican gran parte de este éxito.
Estabilidad regulatoria para competir
El máximo responsable de la marca reconoce, no obstante, que el contexto competitivo es exigente. La irrupción de los fabricantes chinos, capaces de acortar drásticamente los tiempos de desarrollo de sus modelos, obliga a las marcas europeas a adaptarse con rapidez. “La competencia es buena, nos incita a mejorar. La reducción de los tiempos de desarrollo y la mejora de costes no son una opción, son una obligación”, asegura Haupt.
En este sentido, reclama un marco regulatorio estable y con visión de largo plazo: “Necesitamos un entorno en el que las decisiones no cambien cada pocos años. Nuestros proyectos tienen horizontes de desarrollo largos y la estabilidad es fundamental para seguir invirtiendo”.
El reto de la electrificación
La electrificación es la gran palanca de transformación de Cupra y de SEAT. Haupt insiste en que “el futuro es eléctrico y, por tanto, llegará”, aunque reconoce que los costes actuales hacen inviable, de momento, un modelo 100% eléctrico bajo la marca SEAT. Aun así, en octubre se presentarán nuevas versiones del Ibiza y del Arona, dos de los pilares más exitosos de la gama.
En paralelo, Martorell se prepara para acoger una segunda plataforma que permitirá ampliar la capacidad de producción de eléctricos. “Es una estrategia de futuro. Queremos que Martorell siga siendo un centro neurálgico de innovación y producción para el Grupo”, explica el directivo.
Respecto al Cupra Tavascan, el primer SUV eléctrico de la marca, Haupt confía en que las conversaciones entre la Unión Europea y China sobre aranceles se resuelvan pronto con un escenario positivo: “Estamos siguiendo muy de cerca las negociaciones, y todo apunta a que vamos por el buen camino”.

Mirada al mundo
Cupra no oculta su ambición global. El mercado mexicano se ha convertido en un objetivo prioritario, dentro del marco de las negociaciones comerciales entre la UE y Mercosur o el país norteamericano. “México es clave para nuestra estrategia de crecimiento. Seguimos explorando nuevos mercados que nos permitan diversificar riesgos y aumentar la presencia internacional”, subraya Haupt.
Los planes incluyen, además, un refuerzo en Oriente Medio y el análisis de oportunidades en Asia, sin perder de vista el corazón europeo de la marca. “Cupra nació en Europa y seguirá siendo europea, pero eso no significa que no vayamos a conquistar nuevos territorios”, añade.
Innovación y diseño como banderas
El Cupra Tindaya Showcar es el mejor ejemplo del rumbo creativo que se avecina. Este prototipo no es un simple ejercicio de estilo, sino un anticipo del nuevo lenguaje de diseño que se convertirá en realidad a partir de 2030. “El Tindaya no es solo un coche, es un laboratorio con varios propósitos, un adelanto del próximo nivel de Cupra”, explica Haupt.
La idea es mantener viva la esencia de una marca joven, rebelde y desafiante, que se atreve a competir en segmentos dominados por fabricantes históricos y lo hace con una propuesta diferenciadora.
Ayudas para acelerar la transición
Haupt se muestra satisfecho con el Plan Moves, pero reclama más ambición. “Estamos contentos, pero necesitamos más. Hay que pensar en ayudas directas, incentivos fiscales y muchas herramientas que, bien combinadas, pueden acelerar la adopción del coche eléctrico”. Pone como ejemplo a Portugal, donde la política de incentivos fiscales ha generado un marco favorable que España aún no ha alcanzado.
En definitiva, Cupra avanza con paso firme en un camino donde la competencia es feroz, la transición eléctrica plantea desafíos mayúsculos y la geopolítica condiciona la estrategia comercial. Pero si algo ha dejado claro Markus Haupt es que el rumbo de la compañía no cambia: “Seguimos invirtiendo en SEAT, apostamos por Cupra y mantenemos nuestra visión a largo plazo. Esto es más que un proyecto automovilístico: es una apuesta de futuro para la industria europea”.

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