Madrid se ha volcado con la movilidad eléctrica en la décima edición de la Feria VEM. Durante tres días, la Plaza de Colón se convierte en un salón del automóvil al aire libre donde fabricantes como Renault, Kia, Nissan, Lexus, Ford, Smart, Polestar, Xpeng o Cupra muestran sus últimos lanzamientos eléctricos, con pruebas de conducción, ofertas exclusivas y un ambiente festivo que confirma que la electromovilidad ya no es el futuro, sino el presente.

La Plaza de Colón de Madrid ha vuelto a convertirse en el epicentro de la movilidad eléctrica. Del 19 al 21 de septiembre se celebra la décima edición de la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid, más conocida como VEM, una cita que se ha consolidado en el calendario como el escaparate más importante para conocer de cerca el presente y el futuro de la electromovilidad en España. Lo que en 2015 comenzó como una feria casi experimental organizada por AEDIVE se ha transformado en un evento multitudinario que atrae a más de 30.000 visitantes, decenas de marcas y una oferta cada vez más variada que va mucho más allá del coche eléctrico.
Una feria que ha madurado con el mercado
El VEM nació con la intención de acercar la movilidad sin emisiones a la ciudadanía. Y lo cierto es que en diez años el contexto ha cambiado radicalmente. Si entonces los eléctricos eran todavía productos de nicho, caros y con autonomías muy limitadas, en 2025 son una realidad que, aunque sigue afrontando retos, ya no resulta exótica para nadie. Madrid ha sido un escenario privilegiado para comprobarlo, gracias a la creciente red de recarga, las restricciones al tráfico en el centro y la progresiva entrada en escena de nuevos fabricantes, muchos de ellos de origen asiático, que han dinamizado la oferta.
El propio VEM ha acompañado esa evolución. De unos pocos expositores en los primeros años se ha pasado a más de 60 marcas presentes en esta edición, con stands de fabricantes de automóviles, de motocicletas, de empresas energéticas, de operadores de carga y de entidades financieras que quieren posicionarse en un mercado que no deja de crecer.
Colón, un circuito urbano improvisado
Una de las claves del éxito del VEM es su formato abierto. La feria se celebra en la Plaza de Colón, en pleno corazón de Madrid, con acceso gratuito y un ambiente festivo que convierte el evento en un plan atractivo para familias, curiosos y aficionados al motor. Pero lo más interesante es que aquí no se trata solo de mirar: se puede tocar y probar.
Los test drives son el alma de la feria. Cientos de coches eléctricos están disponibles para que los visitantes los conduzcan por las calles del centro de Madrid, en recorridos cortos pero suficientes para hacerse una idea de cómo es vivir con un eléctrico. La experiencia práctica es determinante: muchos de los que llegan con dudas sobre la autonomía, la aceleración o la comodidad salen convencidos de que este tipo de vehículos ya no son el futuro, sino el presente.
El despliegue de los grandes fabricantes
Este décimo aniversario del VEM ha servido además para poner de manifiesto cómo la electromovilidad ya no es terreno de pioneros aislados, sino un espacio en el que todos los grandes fabricantes quieren estar presentes.
Renault, una de las marcas que más apostó por el coche eléctrico en Europa con el pionero ZOE, exhibe ahora una gama más completa que incluyen a los carismáticos Renault 5 y 4 etech, modelos que pretenden democratizar el acceso al eléctrico con autonomías competitivas y precios más razonables.
KIA, que vive un momento dulce con la expansión de su gama EV, ha atraído a buena parte de la atención con el EV3, un SUV eléctrico que traslada el concepto premium a un mercado en el que los coreanos se sienten muy cómodos. No faltan tampoco los nuevos modelos comerciales liderados por el PV5.
Nissan, otro de los pioneros con el Leaf, aprovecha la feria para reivindicar su experiencia y mostrar la evolución hacia propuestas más modernas como el Micra, su nuevo eléctrico que está llamado a ser el nuevo estandarte de la marca.
Lexus, por su parte, refuerza su imagen de lujo electrificado con el RZ 450e y las versiones híbridas enchufables de su gama SUV. La marca premium japonesa subraya que, para ellos, la electrificación no es una moda, sino la evolución natural de un camino que llevan recorriendo desde los primeros híbridos.
Ford también está presente con el Ranger Enchufable y su Mustang MachE, un modelo que destaca por su dinamismo y su autonomía, y que representa el viraje de la marca del óvalo hacia una gama cada vez más electrificada. La presencia de Ford en este evento madrileño sirve además para reforzar el mensaje de que el coche eléctrico no es solo para conductores urbanos, sino también para aquellos que buscan potencia y carácter.
Smart, renacida bajo el paraguas de Geely y Mercedes, ha mostrado en Colón el #5 su SUV eléctrico que amplían el universo de una marca que fue sinónimo de coche urbano y que ahora quiere reposicionarse como una opción eléctrica premium y juvenil.
En la zona de marcas emergentes destacan Polestar, que despliega toda su gama, y Xpeng, uno de los fabricantes chinos que más expectación genera por sus propuestas tecnológicas y su relación calidad-precio. El G9 y G6 han captado la atención de quienes buscan algo diferente, confirmando que la competencia asiática no es una amenaza lejana, sino una realidad que ya pisa fuerte en el mercado europeo.
Cupra, la marca más disruptiva del grupo Volkswagen, también ha tenido un papel destacado con el Terramar y el Tavascan, modelos que combinan diseño atrevido, altas prestaciones y un posicionamiento emocional que conecta muy bien con el público joven. Su presencia en el VEM demuestra que la electrificación también puede ser pasional y divertida.
El mosaico de fabricantes se completa con otras firmas que han traído desde vehículos más asequibles hasta propuestas de nicho, consolidando al VEM como un auténtico salón urbano de la movilidad eléctrica.
Novedades y ofertas exclusivas
El VEM también se ha convertido en un escaparate para lanzar novedades y promociones. Varias marcas han elegido la feria madrileña para mostrar sus últimos modelos eléctricos, conscientes de que aquí se concentran miles de potenciales clientes con interés real. Este año, por ejemplo, se han visto SUVs de nueva generación, berlinas con más de 600 kilómetros de autonomía y hasta propuestas más asequibles destinadas a democratizar el acceso a la electromovilidad.
Las ofertas son otro gancho fundamental. Durante los días de la feria se lanzan descuentos exclusivos en la compra de vehículos, promociones en puntos de recarga para el hogar y tarifas especiales de electricidad orientadas a la carga nocturna. La presencia de bancos como BBVA, que ha presentado su nueva “e Oferta” de financiación verde, refleja cómo el ecosistema financiero también se adapta a esta transición.
El respaldo institucional
La feria cuenta además con un fuerte respaldo institucional. En su inauguración han estado presentes la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, el consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, Carlos Novillo, y la coordinadora de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, María José Aparicio. Sus discursos remarcaron la importancia de la colaboración público-privada y la necesidad de seguir impulsando medidas que aceleren la implantación de la movilidad eléctrica.
Este apoyo político no es casual: la celebración del VEM coincide con la Semana Europea de la Movilidad, un marco perfecto para visibilizar la apuesta de las administraciones por un transporte más sostenible. Madrid, con sus Zonas de Bajas Emisiones y el ambicioso plan de electrificación del transporte público, se presenta como un laboratorio urbano de referencia.
La infraestructura, gran protagonista
Si hay un tema recurrente en el VEM, ese es la infraestructura de recarga. Los fabricantes son cada vez más capaces de ofrecer coches con autonomías superiores a los 500 kilómetros, pero la pregunta que muchos visitantes se hacen es dónde y cómo cargarlos. Por eso, los stands de empresas como Endesa, Iberdrola o Repsol despiertan tanto interés.
Se muestran puntos de recarga ultrarrápida, cargadores domésticos inteligentes y soluciones adaptadas a comunidades de vecinos. Los visitantes pueden resolver dudas sobre potencia contratada, tiempos de carga, costes y subvenciones, temas que todavía generan cierta confusión. En este sentido, la feria cumple también un papel pedagógico: educa a los ciudadanos en aspectos técnicos que resultan fundamentales para tomar una decisión de compra informada.
Retos pendientes
Pese al entusiasmo, la feria también deja entrever los retos que aún quedan por superar. El precio de muchos modelos sigue siendo elevado en comparación con los de combustión, aunque la diferencia se va reduciendo poco a poco gracias a las ayudas y a la mayor oferta. La autonomía, aunque mejorada, sigue siendo un obstáculo psicológico para muchos conductores acostumbrados a repostar en minutos.
Pero, sobre todo, el gran desafío es el despliegue de la infraestructura de recarga pública. Aunque la red ha crecido de forma notable, aún existen vacíos en determinadas zonas y la experiencia de usuario no siempre es óptima por fallos en los puntos o dificultades de interoperabilidad. Estos asuntos fueron también objeto de debate en las mesas redondas organizadas en paralelo a la feria, donde expertos y responsables de empresas discutieron sobre cómo acelerar la transición.
Una cita que mira al futuro
Lo cierto es que el VEM ya no es solo una feria, sino un termómetro de cómo avanza la movilidad eléctrica en España. Su décima edición refleja un sector mucho más maduro que hace diez años, con más actores, más productos y una ciudadanía cada vez más receptiva. El hecho de que decenas de miles de personas se acerquen un fin de semana a probar coches eléctricos en el centro de Madrid demuestra que el interés es real.
El futuro inmediato pasa por seguir reduciendo costes, desplegar más puntos de recarga y convencer a los escépticos. Y para eso, pocos formatos funcionan mejor que el de esta feria: gratuito, abierto, participativo y en plena calle.
Madrid se convierte así, durante unos días, en la capital española de la movilidad eléctrica. Y lo hace celebrando una década de un evento que, lejos de agotarse, parece tener más sentido que nunca. Porque si algo deja claro esta X edición del VEM es que la electromovilidad ya no es una promesa lejana: es una realidad que está aquí para quedarse.

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