La tercera generación del monovolumen compacto de Opel crece en tamaño y mejora su calidad y su flexibilidad para posicionarse como un producto mucho más elaborado que el modelo anterior. El Opel Zafira salió al mercado en 1999 y lleva vendidas más de 12 millones de unidades, una cifra que da fe de que su concepto de monovolumen compacto y de interior flexible era una apuesta muy acertada. La competencia tomó nota y los rivales vienen cada vez más preparados, así que la tercera generación del alemán se ha vuelto más grande, ha incrementado su calidad y aparece con multitud de soluciones para incrementar su versatilidad hasta cotas muy altas.

Tal es el avance que supone este modelo respecto a la generación saliente, que en un primer momento la apuesta comercial de la filial europea de General Motors va a ser la de que convivan ambas carrocerías en su gama. Este movimiento permitirá dejar la versión antigua con un precio mucho más ajustado para competir con las propuestas de venta más agresivas, léase Citroën Grand C4 Picasso First, pero corre el riesgo de canibalizar las ventas del Zafira Tourer dado los tiempos que corren.

La gama del Zafira Tourer va a ser extensa y completa, pues para empezar hay que decidirse entre una configuración de cinco o siete plazas. Después hay tres acabados diferentes (Expression, Selective y Excellence)  que se pueden combinar con dos motores de gasolina y tres motores diesel. Luego llegará la anunciada versión ecológica ecoFLEX de bajo consumo, así como un motor de gasolina preparado de fábrica para funcionar con gas natural, comprimido, o bien GLP.

Además de ser un vehículo mucho más aparente, la mejora de la aerodinámica que la nueva carrocería del Zafira conlleva permite reducir los consumos así como un confort de marcha más elevado gracias a su menor sonoridad. Al ser más ancho y algo más bajo, su presencia es además mucho más contundente, transmitiendo una solidez y un empaque que el comportamiento en carretera, que también ha mejorado notablemente, no hace más que refrendar.

Los asientos traseros del nuevo Zafira tienen infinidad de reglajes y configuraciones. A parte de su desplazamiento longitudinal en casi 30cm para tener más o menos espacio para las piernas, y su reclinación en hasta 24 grados, se pueden disponer en forma de lo que los ingenieros han llamado “Lounge Seating”, con la plaza central como gran reposabrazos doble y las laterales  retrasadas y centradas para ofrecer un espacio digno de berlina de representación. Junto con la iluminación indirecta de puertas y consola la atmósfera creada es realmente llamativa.

El maletero del Zafira parte de 710 litros en configuración de 5 plazas, una cota muy respetable que puede llegar a los 1.860 de fondo plano con todos los asientos plegados, convirtiendo a este vehículo en una pequeña furgoneta. Con las 7 plazas ocupadas es inevitable que la capacidad de almacenaje se vea muy reducida, pero a nivel de funcionalidades de carga, la segunda generación del sistema portabicicletas Flex-Fix que puede instalar es todo capacidad.

La prueba completa y mucho más en ESD.

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