Audi trabaja con los modelos E, Mercedes los Blue Efficiency, Volkswagen tiene sus Bluemotion y Efficient Dynamics es el lenguaje verde de BMW. Para aspirar a posicionarse como una marca Premium en el panorama actual, y Opel es una firme candidata, es impensable que en tu gama no tengas un buen arsenal de modelos con altas preocupaciones ecológicas, y desde 2008 Opel dispone de su propio distintivo de eficiencia, ECOflex.
El incremento en la eficiencia de la conducción es el caballo de batalla de todas las técnicas que se emplean hoy en día con este loable objetivo; desde la recuperación de la energía de frenado, los dispositivos de arranque y parada automáticos o la tecnología híbrida, pero para conseguir aquilatar sus consumos y reducir las emisiones de CO2, Opel recurre a sistemas mucho más mundanos en su modelo de más éxito comercial actual, el Insignia.
Sencilla eficiencia
La alta tecnología supone un incremento notable de coste, y los alemanes de GM no querían que se disparase el precio de su berlina estrella, así que para reducir el consumo del Insignia ECOflex en 0,6 litros de combustible en comparación con el 2.0 CDTI normal, se han valido fundamentalmente de la ayuda aerodinámica y de mejoras en la transmisión.
El coeficiente de resistencia aerodinámica del Insignia, que ya ostentaba valores récord en su segmento, se ha rebajado de 0,28 a 0,26Cx gracias a la utilización de una parrilla de ventilación cerrada, a la modificación del spoiler delantero, a la rebaja de la altura de la suspensión, al carenado inferior del depósito de gasolina y a los neumáticos Michelin de baja resistencia al rodamiento a pesar de usar llantas de 17pulgadas.
A pesar de estas modificaciones, un ojo profano no distinguirá a simple vista si se encuentra ante un Insignia normal o un Ecoflex a menos que lea el logotipo trasero, y menos aún lo reconocerán quienes se crucen con él en la carretera, pues a diferencia de sus competidores, el Insignia de Opel mantiene los mismos 160 CV del motor que deriva, lo que le permite posicionarse en clara ventaja como berlina de altos vuelos para viajes y escarceos dinámicos.
La modificación de la transmisión que garantiza la propulsión es el otro as en la manga del Opel Insignia más ecológico. El abundante caballaje y fuerza del bloque motriz, que dispone de turboalimentación Garret, la más avanzada tecnología diésel Common Rail e inyección piezoeléctrica de 1.600 bar de presión, permiten unos desarrollos desahogados a la hora de tragar millas. A pesar de su aspereza en frío y algo elevada sonoridad, el motor ofrece un buen rendimiento incluso a bajas revoluciones, con una “patada de asno” gracias a sus 380 Nm de par.
Además de la ligera modificación de la gestión del motor, la especial configuración de la transmisión da un resultado brillante. Acoplado a una caja de cambios de seis velocidades, las dos primeras de corto recorrido y las superiores más largas, esta berlina permite viajar por autopista a velocidades de cárcel por debajo de las 3.000rpm.





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