Las marcas quieren reducir al mínimo sus emisiones y consumo, por lo que la avalancha de modelos híbridos en el mercado está siendo abrumadora, pero existen otras alternativas como el GLP. Frente a esa avalancha de modelos que se mueven con electricidad Fiat lleva más de 60 años apostando por la tecnología del Gas Liquado de Petróleo, una energía que mueve más de 17 millones de coches en todo el mundo (8 de ellos en Europa) y que resulta mucho más accesible y segura que la del Gas Natural Comprido (su rival natural) por el simple hecho de que se almacena a un máximo de 10 bares de presión frente a los 200 de aquel.
Por otro lado, el GLP, que es una mezcla al 70-30% de butano y propano, cuenta con una red de distribución mucho más amplia que el GNC (15.000 frente a 2.000 aproximadamente), ya que la máquina de repostaje necesaria para recargar los coches de metano tiene un coste superior a los 500.000€ y la de GLP es mucho más simple.
Es verdad que en nuestro país ahora mismo no llegamos a los 100 puntos de recarga, pero se acaba de firmar un relevante compromiso gubernamental que cuenta con la colaboración absoluta de Repsol para llegar a los 200 surtidores para finales de este año y a 1.000 para 2015, cifras ya respetables.
A nivel ecológico, el uso del GLP reduce drásticamente las partículas en suspensión hasta eliminarlas por completo, las emisiones de dióxido de carbono lo hacen en un 15%, las de monóxido de carbono en un 20% y los hidrocarburos no quemados en un 60%. En cuanto al coste del combustible el GLP añade el enorme atractivo de que resulta la mitad de caro que la gasolina de 95 octanos convencional, así que sus ventajas son muchas y muy variadas, añadiendo el hecho de que la duración del motor y sus elementos mecánicos es del doble de vida útil.
Una tecnología Probada



Deja un comentario