Parece que el futuro de la otra marca sueca de referencia está en manos asiáticas. Ayer se produjo en la sede de Ford en Dearborn, Michigan (EEUU) el cierre del trato de venta de Volvo Cars a Zhejiang Geely Holding Group Company Limited, Geely para entendernos, y aunque quedan flecos por resolver la cosa parece seria.
Los chinos han acordado un precio de 1.800 millones de dólares por todo lo que implica la casa Volvo, y el cambio de gestión será armonioso, con colaboración mutua a largo plazo que incluye que los Volvo seguirán con motores Ford entre otras cosas. La operación de venta debería estar finalizada antes de septiembre a menos que Ford hiciera una espantada como la de GM con Opel, algo altamente improbable.




