
Ante este océano de delincuentes y mafiosos dedicados al robo de coches en nuestro país son pocos los métodos preventivos que resultan eficaces. Los códigos de seguridad que impiden abrir o arrancar un coche sin su llave original son burlados con ordenadores portátiles y programas informáticos especialmente diseñados para este fin. Conseguir uno de estos programas es muy caro y hasta se ha llegado al secuestro para lograrlo. Se necesitan unos códigos que estas bandas pueden comprar en el mercado negro de los países del Este (aseguran que hay copias por unos 6.000 euros) y se sospecha que, detrás de este negocio, podrían estar implicados empleados desleales de las propias automovilísticas.
La aplicación de las nuevas tecnologías dificulta cada día más el robo de coches, pero su uso aún está poco generalizado incluso entre los modelos más caros del mercado. El sistema de localización GPS es efectivo en espacios abiertos y permite a la Policía saber dónde está un coche denunciado por robo. Anularlo o interferirlo es realmente complicado, pero en los túneles y en los garajes subterráneos el GPS no funciona. Para evitar esta laguna existe un sistema de localización por ondas electromagnéticas (VHF) que funciona incluso bajo tierra y es aún más difícil de inutilizar pero todavía poco extendido.
Por si esto fuera poco, la documentación de los vehículos que se venden en España es una de las más fáciles de falsificar y estos individuos tampoco se chupan el dedo. Algunas veces juegan al engaño y para confundir a la Interpol roban dos modelos idénticos y los venden en distintos países. Así, muchos coches terminan convirtiéndose en «mellizos o trillizos»: dos o tres vehículos circularán con un mismo número de patente y una única póliza de seguro. Además desde la UCO nos advierten que no todos los coches se «maquillan»; muchos directamente se desmontan y se venden como piezas. Es el denominado negocio de los «desarmaderos», talleres ilegales de desguace de coches que pueden desmontar en menos de media hora cualquier tipo de vehículo: «de un coche se puede aprovechar todo», nos explican.

Aunque la mayoría de los vehículos robados suele recuperarse, uno de cada cinco nunca aparece. ¿Y dónde van? Pues parece que los ladrones de coches tienen una especie de «triángulo de las bermudas», países donde es mucho más difícil encontrar un vehículo. «Normalmente actúan fuera de las fronteras de los estados del tratado de Schengen, porque allí es más difícil la cooperación entre las diferentes policías. En el resto de países las bases de datos están cruzadas también con las de la Interpol y es fácil saber cuándo un coche ha sido robado», nos explica otro agente de la misma unidad.
Si todo lo que te hemos contado no ha servido para evitar que te den la peor noticia del día y como amante de las dos ruedas que eres tu corazón se encoge sólo de pensar en la cantidad de peligros que acechan a «tu niño» fuera de las cuatro paredes de su plaza de parking, no sufras más, tu seguro siempre podrá aplacar las penas y, llegado el caso, se vaciará el bolsillo para que a ti te duela menos. El tiempo que tiene que pasar tú vehículo desaparecido para que lo consideren definitivamente perdido es de un mes, y normalmente tardarás otro mes más en cobrar el valor que en ese momento le adjudiquen las tablas, siempre menor al que hubieras conseguido vendiéndolo por tu cuenta claro. Con ello y con todo, las aseguradoras desembolsaron el año pasado 80 millones de euros para indemnizar el robo de coches.



