La fabrica india del rompedor coche que Ratán Tata soño para movilizar al gigante asiático no da a basto en la producción de su microcar urbano de 3,3 metros (menos que un Smart), así que la expectación que su hermano europeo levanta es mayúscula. Alejado de la escasa seguridad y equipamiento de la versión hindú, gana en calidades, comodidades y obviamente sube de precio. Si en el subcontinente asiático su tarifa es de unos 1.500€ en Europa se moverá entre los 4.000 y 5.000€.
Un bloque motor 1.0 de tres cilindros y 60 CV asociado a una caja de cambios manual de cinco velocidades será el responsable de su movimiento, y gracias a unas relaciones de cambio más largas que las de la caja de cuatro marchas del modelo asiático, sus emisiones de CO2 se encontrarán claramente por debajo de los ansiados 120 g/km. Unido a su liviano peso es de esperar que, sin ser de record, su comportamiento no esté exento de agilidad. Recordemos que el motor va situado tras el eje trasero y la suspensión trasera será independiente, algo que condicionará sus reacciones.








