Cuando la marca francesa renovó su compacto el año pasado ya anunció que aspiraba a todo con un coche que de la anterior generación solo mantenía el nombre. Su calidad, atrevimiento y placer de conducción han sido claves para este galardón. Hacía más de 10 años que Peugeot no conseguía alzarse con el premio más prestigioso del sector de la automoción en el viejo continente, el Car of the Year que todos los años se entrega en el Salón del Automóvil de Ginebra, y precisamente fue antecesor del 308, el 307, el último modelo que lo recibió en 2002. Con este son ya 4 los modelos que se han alzado con el premio «Coche del Año», pues también lo consiguieron el Peugeot 405 (1988) y el Peugeot 504 (1969).
Fabricado en Sochaux, cuna histórica de la marca francesa, el nuevo 308 llegó a nuestro mercado el último cuatrimestre de 2013, y su siguiente reto es la conquista de China, primer mercado automovilístico mundial al que llegará a principios de 2015. Su diseño, su elegancia y dinamismo, la elevada eficiencia basada en una importante reducción de peso, o la experiencia al volante, integrando al conductor en el novedoso Peugeot i-Cockpit, son algunos de los valores diferenciales del compacto galo que le han llevado a conseguir ya más de 55.000 pedidos, la mitad de ellos de acabados superiores.
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