He estado probando a fondo el buque insignia de la casa checa Skoda en su versión Greenline, esa que busca la máxima eficiencia energética recurriendo al uso de un pequeño bloque diesel de 1,6 litros y 105CV. El Superb sorprende por su amplitud, por un confort muy elevado y por un habitáculo digno de mandatarios de la ONU y estos son los detalles que más me han llamado la atención. Muchos son los que se rinden a sus encantos:
– Su enorme habitabilidad interior. El espacio es similar al de un Audi A8, pero su precio parte de poco más de 20.000€.
– El diseño de su marcador y la iluminación en verde de los mandos. Atractivo y claro.
– El diseño de la carrocería familiar y su enorme maletero. Una línea muy dinámica y cabe un cadáver.




